La limpieza del hogar es un tema delicado. Vivas en una casa o en un piso, a la hora de limpiar, seguro que la suciedad te persigue. No caigas en el error de utilizar el mismo producto para todo, eso no es limpiar. Elegir productos de limpieza según el tipo de superficie no es complicado si tienes en cuenta los atributos de cada material. Saca lápiz y papel, ¡esta chuleta te salvará la vida!
El orden y la frecuencia con que desempeñes estas tareas de limpieza depende de factores como el número de personas que habiten en tu hogar, el tipo de inmueble, pues en una casa suele acumularse más suciedad que en un piso.
Recuerda que para mantener el orden en tu hogar, es importante que pongas un especial empeño en mantener la cocina y el baño limpios, pues son las zonas expuestas a un mayor número de focos de infección. El dormitorio, el salón u otras zonas comunes deben ser ordenadas y recogidas, pero no tienen por qué limpiarse a fondo a menudo.
El suelo es uno de los lugares más complejos de limpiar pues aunque a simple vista parezca reluciente, puede continuar acumulando suciedad si no se hace bien. Lo importante, detectar la superficie a tratar y seleccionar los utensilios adecuados:
La madera es un material que se deteriora fácilmente, sobre todo en los suelos. En este caso para que la limpieza sea lo más efectiva posible puedes optar por utilizar herramientas como la mopa, de manera que arrastres la suciedad sin rayar la superficie a tratar. Es esencial que tengas cuidado con el limpiador, pues hay algunos productos multiusos que pueden crear marcas en la madera.
Si vas a realizar una limpieza a fondo y quieres limpiar con un paño húmedo o fregona, escurre bien estos utensilios, pues el agua puede hinchar la madera, deteriorando su aspecto.
Las baldosas o azulejos son más resistentes, por lo que suelen ser el material elegido en baños y cocinas. Si solo buscas retirar la suciedad, puedes pasar simplemente una escoba. Si, por el contrario, tus azulejos tienen grasa, puedes optar por un trapo húmedo o impregnado con algún tipo de desengrasante para retirar la suciedad para finalmente pasar una fregona. ¡No te olvides de las juntas!
El vinilo es un material más delicado que otros como la madera o el azulejo, pero ha mejorado enormemente sus calidades en los últimos años. Para su limpieza, una mopa y una fregona son tu mejor aliado.
La piedra natural puede deteriorarse con los residuos del propio material por lo que la escoba no es la mejor opción. Lo óptimo es utilizar una mopa y un limpiador que no sea agresivo para no dañar el material.
Las encimeras son otro de los lugares conflictivos de la cocina y el baño pues concentran la mayor parte de su actividad. Al igual que con los suelos, es importante que tengas en cuenta su composición de cara a planificar tu limpieza.
El mármol es uno de los materiales más utilizados para la creación de este tipo de muebles. Debe hacerse hincapié en la constancia en la limpieza de estos materiales, ya que puede absorber suciedad por sus poros. La forma ideal de limpiar es pasar simplemente un paño húmedo con un limpiador que no contenga componentes ácidos y secar posteriormente.
El granito es un material que añade dificultad a su tratamiento dado su aspecto poroso. Para tratarlo, lo mejor es utilizar un paño microfibra que recoja tanto la suciedad como los residuos que va dejando el propio material. Si has de tratar una mancha complicada, aplica un limpiador y deja actuar unas horas. ¡Como nuevo!
Este material es el más utilizado en cocinas en los últimos años por sus facilidades de aplicación y limpieza. Solo tiene un enemigo, la lejía, pues puede acabar con su brillo. Un paño húmedo puede ser tu mejor aliado para acabar con sus bacterias.
La madera es el material más delicado, ya que puede rayarse o deteriorarse por el uso. Aunque suele venir tratada, debes tener un especial cuidado en realizar un mantenimiento de tu encimera de madera cada pocos meses, pues de lo contrario el agua o la humedad pueden afectarle. Para limpiar, agua y un jabón o limpiador poco agresivo.
El acero inoxidable es uno de los materiales más higiénicos, por lo tanto, es óptimo para su aplicación en cocinas, sobre todo de carácter industrial. La conservación de las superficies de este material es de lo más sencillo. Solo tienes que evitar el estropajo. Un trapo húmedo, un poco de limpiador y ¡reluciente!
Como habrás podido ver, la calidad prima sobre la cantidad si hablamos de productos de limpieza. No hace falta tener el armario lleno de alternativas, con escoger las adecuadas es suficiente. ¿Tus casa incorpora otro tipo de superficies? ¡Cuéntanos tu caso en un comentario y te echamos una mano!